El surgimiento de los chatbots de inteligencia artificial (IA) está cambiando profundamente el ecosistema de Internet, especialmente con desafíos sin precedentes para editores y creadores de contenido. Los chatbots de gigantes tecnológicos como OpenAI y Google están reemplazando gradualmente las funciones de los motores de búsqueda tradicionales al proporcionar información directamente, lo que resulta en una reducción significativa en el tráfico del sitio web. Esta tendencia no solo ha afectado a la industria editorial de noticias, sino que también tiene un profundo impacto en todo el ecosistema de contenido digital.
Según Forbes, los últimos datos de investigación de la plataforma de licencia de contenido Tollbit muestran que los chatbots de IA aportan un sorprendente 96% menos de tráfico a los sitios web de los editores que los motores de búsqueda tradicionales. Aunque compañías como OpenAI y Perpleity han prometido aumentar el tráfico trabajando con los medios de comunicación, la realidad es muy diferente de las expectativas. Este tipo de pérdida de tráfico es, sin duda, un gran golpe para los editores que confían en los ingresos publicitarios.

Tollbit realizó un análisis en profundidad de los datos de tráfico de 160 noticias y editores de blogs y descubrió que en el cuarto trimestre de 2024, los robots de las compañías de inteligencia artificial arrasaron estos sitios web en promedio hasta 2 millones de veces, con un promedio de aproximadamente 7 rastreos por página. Este comportamiento frecuente de rastreo se llama "robo de clics", lo que conduce directamente a una disminución significativa en los ingresos publicitarios de los editores. El CEO de Tollbit, Toshit Panigrahi, señaló: "Cada vez que un usuario hace una pregunta, una gran cantidad de robots llegarán a estos sitios web, y la demanda del contenido de los editores no debe subestimarse". Esta tendencia no solo afecta los ingresos de los editores, sino que también plantea serios desafíos para la sostenibilidad de la creación de contenido.
Aunque los chatbots de IA generalmente adjuntan enlaces de origen al responder preguntas, también proporcionan un resumen del contenido de rastreo, y los usuarios pueden obtener la información que necesitan sin hacer clic en el enlace. Esta conveniencia debilita aún más el tráfico de editores, lo que dificulta que los creadores de contenido obtengan la recompensa que merecen a través de modelos publicitarios o de suscripción. La empresa de tecnología educativa Chegg es una víctima típica de este fenómeno.
Chegg recientemente presentó una demanda contra Google, acusando a su característica general de IA de "seriamente" perjudicar los ingresos publicitarios de la compañía. El CEO de Chegg, Nathan Schultz, admitió la llamada de ganancias que Google usó el contenido de Chegg para mantener a los usuarios en su plataforma, lo que provocó que el tráfico de Chegg se bloqueara y las ganancias de la compañía se desplomen. Ante este dilema, Chegg está considerando la privatización o la venta y ha contratado a Goldman Sachs para una evaluación estratégica. Mientras tanto, Chegg encargó a Susman Godfrey que presentara una demanda contra Google. El socio de la firma de abogados, Ian Crosby, dijo que la característica general de la IA de Google "amenazas a todo el ecosistema de Internet" y que la demanda podría tener un profundo impacto en la relación entre la IA y los creadores de contenido.
Este fenómeno no se limita a Chegg, y cada vez más editores se enfrentan a una crisis de tráfico impulsada por la IA. Con el desarrollo continuo de la tecnología de IA, el panorama de la industria del contenido digital puede sufrir cambios fundamentales. Los editores y los creadores de contenido deben repensar cómo sobrevivir y desarrollarse en la era de la IA, mientras que las compañías de tecnología también deben encontrar un equilibrio entre la innovación tecnológica y la protección ecológica de contenido.