Google ha invertido mucho en el campo de la inteligencia artificial en los últimos años, y su nueva generación de productos de inteligencia artificial tiene una demanda de energía cada vez mayor, lo que ha creado un agudo conflicto con su objetivo de reducir las emisiones de carbono. Este artículo analizará cómo Google afronta el enorme consumo de energía y los problemas medioambientales resultantes causados por sus centros de datos mientras persigue el desarrollo de la inteligencia artificial, así como los desafíos resultantes de la industria.
Google depende cada vez más de centros de datos que consumen mucha energía para respaldar sus nuevos productos de inteligencia artificial, lo que pone en riesgo el objetivo del gigante tecnológico de reducir su huella climática, informa The Guardian.
Google publicó datos el martes que muestran que sus emisiones de gases de efecto invernadero han aumentado un 48% en los últimos cinco años. Google dijo que el consumo de energía del centro de datos y las emisiones de la cadena de suministro fueron las principales razones del crecimiento. En su informe medioambiental anual, Google también reveló que las emisiones en 2023 aumentaron un 13% respecto al año anterior, hasta alcanzar los 14,3 millones de toneladas métricas.

Google, una empresa que ha invertido mucho en inteligencia artificial, dijo que lograr su objetivo de emisiones netas cero para 2030 "no será fácil". Google dijo que existen "incertidumbres significativas" para lograr este objetivo, incluida "incertidumbre sobre los futuros impactos ambientales de la IA, que son complejos y difíciles de predecir".
Los datos muestran que las emisiones de Google han aumentado casi un 50% desde 2019, que también es el año base para que Google alcance su objetivo de emisiones netas cero, que requiere que la empresa emita la misma cantidad de dióxido de carbono que elimina.
La Agencia Internacional de Energía estima que el consumo total de electricidad de los centros de datos se duplicará desde los niveles de 2022 a 1.000 teravatios hora (TWh) en 2026, equivalente a la demanda de electricidad de Japón. Según cálculos de la firma de investigación SemiAnalysis, la IA hará que los centros de datos representen el 4,5% de la generación mundial de energía para 2030.
Los centros de datos desempeñan un papel crucial en el entrenamiento y ejecución de modelos de inteligencia artificial, como Gemini de Google y GPT-4 de OpenAI, que impulsan el chatbot ChatGPT. Microsoft reconoció este año que el uso de energía asociado con sus centros de datos estaba amenazando el objetivo de la compañía de convertirse en carbono negativo para 2030. El presidente de Microsoft, Brad Smith, admitió en mayo que "la luna ha cambiado" debido a la estrategia de inteligencia artificial de la empresa.
Las grandes empresas tecnológicas se han convertido en importantes compradores de energía renovable para cumplir sus objetivos de reducir las emisiones de dióxido de carbono. Sin embargo, las promesas de reducir las emisiones de CO2 ahora entran en conflicto con las promesas de invertir fuertemente en productos de IA que requieren grandes cantidades de energía para entrenarse e implementarse en los centros de datos, además de las emisiones de carbono asociadas con la fabricación y el envío de los servidores y chips informáticos utilizados en la industria. También es una cuestión medioambiental. El uso del agua es otro factor ambiental detrás del auge de la IA: un estudio estima que la IA podría utilizar hasta 6.600 millones de metros cúbicos de agua para 2027, casi dos tercios del uso anual de agua de Inglaterra.
Destacar:
- Las emisiones de gases de efecto invernadero de Google han aumentado un 48% en los últimos cinco años, principalmente debido al consumo de energía del centro de datos y a las emisiones de la cadena de suministro.
- El objetivo "ambicioso" de Google es lograr emisiones netas cero para 2030, pero existen importantes desafíos para lograr ese objetivo debido a la incertidumbre sobre el futuro impacto ambiental de la inteligencia artificial.
- Factores como el consumo de energía de los centros de datos y las emisiones de carbono de los equipos relacionados con la fabricación y el transporte han puesto a las grandes empresas tecnológicas en un conflicto entre reducir las emisiones de dióxido de carbono y promover el desarrollo de la inteligencia artificial.
Con todo, la contradicción entre el rápido desarrollo de la inteligencia artificial y los objetivos de protección ambiental es cada vez más prominente, y el caso de Google es sólo la punta del iceberg. Cómo equilibrar el progreso tecnológico y la sostenibilidad ambiental es un problema difícil al que se enfrentan las empresas tecnológicas globales, y la industria necesita trabajar en conjunto para encontrar una solución.