Según una nueva encuesta realizada por la Universidad de IE en España, el 68% de los públicos europeos piden a los gobiernos que tomen medidas para limitar el desarrollo de la inteligencia artificial para hacer frente a los posibles choques de empleo. Esta proporción ha aumentado en un 18% en comparación con 2022, mostrando crecientes preocupaciones públicas sobre el impacto de la tecnología de inteligencia artificial. La encuesta muestra que muchas personas están preocupadas de que el uso generalizado de la inteligencia artificial conduzca a la pérdida de un gran número de empleos, especialmente en la fabricación, los servicios y las finanzas, por lo que exigen firmemente que el gobierno fortalezca la supervisión.
En la actualidad, la UE está formulando activamente un conjunto de regulaciones regulatorias de inteligencia artificial que clasifican el riesgo dirigidas a equilibrar la innovación tecnológica con los riesgos sociales. Al mismo tiempo, el Reino Unido planea celebrar una cumbre de seguridad de inteligencia artificial en Bletchley Park, invitando a expertos globales y responsables políticos a discutir el marco regulatorio de la inteligencia artificial. Estas medidas reflejan la importancia que los gobiernos se otorgan a los riesgos potenciales de la inteligencia artificial, y también muestran que la comunidad internacional está formando gradualmente un consenso sobre la respuesta a este problema.
Sin embargo, la encuesta también revela un fenómeno preocupante: la mayoría del público europeo aún no puede distinguir con precisión la diferencia entre el contenido generado por IA y el contenido real. Esta brecha cognitiva presenta enormes desafíos a la regulación de la inteligencia artificial, especialmente en áreas como la desinformación y el fraude en línea. La capacidad discernible pública inadecuada puede conducir al abuso de la tecnología de inteligencia artificial, exacerbando aún más los problemas sociales.
Aunque la tecnología de inteligencia artificial ha mostrado un gran potencial en los campos de la atención médica, la educación y el transporte, no se puede ignorar su impacto potencial en el mercado laboral. Muchos expertos creen que el gobierno necesita desarrollar las políticas de seguridad social correspondientes y los planes de capacitación al tiempo que promueven la innovación tecnológica para ayudar a los trabajadores afectados a la transición sin problemas a los nuevos empleos. Solo de esta manera podemos asegurar que el desarrollo de la inteligencia artificial realmente beneficie a la sociedad, en lugar de exacerbar la desigualdad y el desempleo.
En general, las preocupaciones públicas europeas sobre la inteligencia artificial reflejan la compleja relación entre el progreso tecnológico y la estabilidad social. Los gobiernos, las empresas y el público necesitan trabajar juntos para promover la innovación tecnológica al tiempo que garantiza que su desarrollo esté en línea con los intereses generales de la sociedad. En el futuro, cómo encontrar un equilibrio entre la regulación y la aplicación de la inteligencia artificial se convertirá en un tema importante que enfrenta los responsables políticos en varios países.